SUBGRUPO 4: RECUPERACIÓN DE LAS VIRTUDES - RELACIONES SOCIALES - BIEN COMÚN

Subgrupo 4:

Paola Andrea Ramírez Carmona

Yaqueline Vargas Muñoz

Jenit Marguet  Vega Carrillo

 

UNIDADES 11, 12 Y 13

11. RECUPERACIÓN DE LAS VIRTUDES DESDE LA ALTERIDAD

 

El valor de las virtudes

Estas virtudes tienen una clasificación denominada

Virtudes cardinales que son:

Justicia

Prudencia

Fortaleza

Templanza

Virtudes  fundamentales como:

Fe

Esperanza

Amor

La virtud (fuerza, valor militar) se coloca en una línea de creatividad y superación humana  por ello el hombre tiende a estancarse, hacerse persona exige mantenerse esforzadamente, virtuosamente  en camino. Toda virtud por tanto es tención.

Pensadores como Marx, Nietzsche, Freud, Sartre,  han sacudido el edificio moral de la civilización occidental, acusándolo de ser una bella mascara o fachada encubridora de todos los vicios y defectos en que ha caído nuestra cultura individualista y burguesa.

Las virtudes que se predican en nuestro medio pretenden la adaptación indiferenciaste que  permita el desarrollo acrítico del sistema social imperante.

La fortaleza

Fortaleza es lo primero que necesitamos frente a las difíciles situaciones que crean los problemas sociales en nuestra sociedad. Siglos de dependencia han fraguado en nosotros actitudes de insensibilidad y cobardía, que son contrarias a la fortaleza.

La fortaleza es valentía, coraje firmeza y magnanimidad. Son dos sus direcciones resistir y atacar ante las situaciones difíciles, ante los ataques recibidos, ante los peligros enfrentados, ante las presiones externas, ante la represión, la fortaleza se manifiesta como resistencia. Y que resistencia no es lo mismo que resignación eta se refiere a la aceptación de una situación desagradable o perjudicial. E incluso en la resignación existen dos formas de comportarse: una consiste en soportar con fortaleza y la otra es ceder al  desanimo.

La fortaleza se manifiesta además en el ataque. Es el coraje de quien se enfrenta al obstáculo o al enemigo con valentía, sin temor al peligro de los sufrimientos ni de la misma muerte, hasta lograr la victoria.

Fortaleza es la actitud de la persona que se enfrenta sin cobardía ante un obstáculo proporcionado y se mantiene en la lucha sin desaliento hasta superarlo.

La fortaleza es la virtud de la fuerza, pero no de la fuerza física sino de la fuerza interior: psíquica y espiritual. El valor de una persona nunca se puede medir por su físico. El físico ayuda, ciertamente; una buena salud, un cuerpo ágil y vigoroso sirven de complemento a la fuerza interior: “mente sana en cuerpo sano”

Lutker King Helder cámara dice que la fortaleza se manifiesta hacia dentro como autodominio de sí. Y que la voluntad alcanza el dominio de todas  las pasiones y tendencias orgánicas.

Lo más importante es que tomemos conciencia de la necesidad de fortaleza. Somos un pueblo habituado a la resignación. Ya es hora en ponernos en actitud de ataque. Ya es hora de perder el miedo multisecular al multinacional. Como pueblo y como individuos hemos de cultivar la fuerza interior, esa fuerza más poderosa que la fuerza de las armas, del dinero, de la posición social.

“la fortaleza se manifiesta en la actitud de denunciar y dar testimonio, de dar a vida como testigos de “el otro”, al cual la totalidad no soporta porque implica la muerte del orden antiguo”.

La justicia

Los derechos fundamentales de personas humanas son violados permanentemente. No se trata de tan solo que se cometan injusticias contar personas; el problema es más grave: las personas viven en situaciones o en estado de injusticia, desde que nacen hasta que mueren.

Unos cuantos hechos son suficientes para captar las dimensiones del problema. Es injusto vivir siempre con hambre y morirse de hambre, es injusto vivir de secuestro,  de robo,  de amenazas contra la propia vida o la de los familiares. Es injusto carecer de recursos y oportunidades para aprender a leer y a escribir para adquirir una cultura media. Es injusto estar sometido a los intereses políticos de unos cuantos poderosos sin capacidad para hacer respetar los intereses de la mayoría y muchas otras detenciones que siempre se presentan en nuestras vidas y muchas veces no hay cuidado de ellas.

También tenemos actos cotidianos que son perjudiciales para la vida como sacar beneficio engañando a otro, lo hacemos cuando podemos sacar un beneficio propio , la presión par a que demos información falsa, la damos, las amenazas si decimos la verdad, nos callamos, el enriquecimiento a costa de otros, los explotamos, al atender a personas que necesitan y nos causan problemas las desatendemos y muchos otros actos que no son beneficios sino que al contrario son un perjuicio para nuestra vida para la sociedad pero lamentablemente es así

Encarnar la actitud de justicia en nuestro medio no es nada fácil supone estar dispuestos a luchar contra todo un sistema de injusticia, difícil de cambiar. La justicia se basa en que toda persona tiene algo suyo que los demás deben respetar: unos derechos naturales o positivos. Toda persona tiene derecho a la vida, a la honra, a formar una familia, a trabajar, a recibir educación, a expresar su pensamiento, a disponer de los bienes necesarios para llevar una vida digna, etc.

El derecho está basado en la dignidad humana. Todos somos personas y, desde esta perspectiva, todos somos iguales. La riqueza y la pobreza, la salud, enfermedad, la belleza, la fealdad, la fuerza, la debilidad, no influyen en este principio básico porque todos somos personas iguales con la misma dignidad y el mismo derecho a vivir  y a realizarnos en todas las dimensiones del ser personal: comunicación, encarnación, libertad, transcendencia, etc.

Este equilibrio o esta armonía original, resultante de La igualdad de naturaleza entre todos los hombres, es justicia. Las desigualdades de derecho en lo que afecta esencialmente a la vida de las personas son introducidas por el egoísmo y el poder de algunos y por lo tanto son injustas. Justicia es la exigencia de proporcionar al pobre los recursos necesarios para llevar una vida digna con su familia, la exigencia de permitir expresar  a quien lo desee, la exigencia de buscar el bien para todos en los asuntos económicos y políticos, de atender medicamente al enfermo sin recursos, la exigencia de defender a los débiles, al niño en el vientre materno, etc.

El verdadero espíritu de la justicia es tomado cada uno de nosotros como actitud como habito, la defensa de la dignidad y los derechos innatos de todas las personas, comenzando por los marginados, que son quienes sufren las mayores injusticias.

La prudencia

Su verdadera imagen ha sido distorsionada. El prudente se nos representa como el individuo cómodo y equilibrado, enemigo de todo riesgo y amante del orden, la tranquilidad y la seguridad. Es el individuo que se acomoda a todo por interés. Es experto en adaptarse a las circunstancias, haciendo a un lado los principios cunado le crean problemas.

La justicia, la acomodación, la seguridad, son cualidades de prudencia, sino más bien degeneraciones de la prudencia cuando esta pierde su objetivo. Como el habito de razonar rectamente en lo que debe hacer, es por tanto una virtud que afecta al entendimiento en relación con el obrar, la actitud de quien permanentemente se preocupa por saber con claridad que es lo que debe hacer y como lo debe hacer. La prudencia organiza las relaciones entre principios o valores, fines y medios. Se encarga, por tanto, de conocer los principios morales universales, de conocer la naturaleza de las cosas y las situaciones con la mayor objetividad posible, el hombre prudente es solicito, preocupado, industrioso, previsor y providente. Esta comienza así por ser habito de escuchar la inhabitualidad voz de “el otro”, el “clamor silencioso” del oprimido, la palabra siempre nueva del pobre.

 La templanza

Constituye una especie de soporte o ayuda para las demás virtudes. La prudencia es la virtud que nos asegura el sentido de la realidad; la interperancia nubla la captación de la realidad plena y objetiva, y nos deja percibir más que el objeto de  placer en dimensiones desproporcionadas. La fortaleza  exige la concentración de fuerzas de todo el ser frente al obstáculo; la vida disoluta que engendra la intemperancia produce la dispersión y la debilitación.

La abstinencia, la sobriedad, la castidad han pasado a construir signos de mojigatería religiosa más que virtud. Intentar recuperarlas se vuelve sospechoso para la juventud. El deportista se priva de muchos gustos lo mismo que el militar el investigador y el escritor.

El autodominio que produce la templanza asegura la recta interpretación de la palabra de “el otro”, la comprensión de la auténtica necesidad del pobre oprimido. La templanza impide poner las aspiraciones en los placeres de la vida. De este modo permite entender también las razones de quien obra la injusticia y trata de liberarlo de su actitud sin aniquilarlo. La templanza nos aparta de buscar el placer de la victoria o de la sangre derramada. La templanza nos permite estar disponibles para la lucha por la justicia y garantiza a este recto ejercicio

La esperanza

S saber esperar es también una virtud; y lo es de manera especial en una sociedad y un momento histórico en que parecen cerrarse todas las puertas de acceso  a nuevas posibilidades. La virtud de la esperanza responde a la necesidad  vital de desear, proyectar y conquistar el futuro.  Hemos nacido en un momento de profunda crisis social.

La esperanza  se despliega en emotividad entusiasta. Y el entusiasmo se expresa como optimismo vital en toda empresa.

Cuando existe seguridad ante el futuro previsto y deseado, es lógico ser optimista;  uno espera que pase el tiempo para que pase el tiempo para alcanzar lo apetecido.

Ser consistentes de la dificultad no es el motivo para hundirnos en el pesimismo colectivo; ni mucho ni menos en la desesperación. Esta desesperación lleva a muchos a confiar únicamente en los métodos violentos: aniquilar a los opresores para acelerar el proceso liberador. Pero por este camino la desesperación se cierra sobre sí misma, y no deja lugar a la esperanza.

Saber esperar activamente cuesta; es virtud, tensión.  Lo importante de todo esto es saber  a qué aspira el pueblo y trabajar dentro de el sin fatiga ni desanimo, atentos para aprovechar todo acontecimiento favorable. Los frutos llegaran, sin duda. Seamos optimistas y entusiastas.

La fe

Es proceso es una identificación porque no sabemos a ciencia cierta en que consiste la identidad definitiva del pueblo latinoamericano. Pero sabemos que es una realidad en la que debe apoyarse el proceso de realización histórica de Latinoamérica.

Todos los seres humanos tenemos fe en los esfuerzos de quienes se rebelan frente a  la injusticia no son inútiles, en que las palabras de cuantos denuncian la opresión y anuncian una nueva sociedad de paz y equidad no se las lleva el viento, en que los sacrificios, el hambre y el dolor de todo un pueblo no quedan estériles, en que las vidas cortadas por la violencia de las fuerzas enfrentadas dentro del sistema ya están germinando en nuevas conciencias de libertad. Tenemos fe en los esfuerzos de todas las personas que ponen su granito de arena, con sinceridad y desinterés al servicio del progreso del pueblo latinoamericano.

La fe por último, implica proyección segura hacia el futuro. Somos un pueblo joven, que se resiste a que otros pueblos le tracen su futuro bajo el signo de la denominación. No podemos sentirnos inseguros, sin saber a dónde vamos. Tenemos unas aspiraciones: que en el pueblo desaparezca la explotación y la miseria, reine la paz fruto de la justicia y todos podamos  realizarnos como personas donde tenemos unas cualidades, tradición y valores  y así poner a producir nuestros talentos apoyando toda iniciativa de liberación pacífica y de progreso humanizado  

Amor

El amor puede ser fugaz, caprichoso o egoísta. En el amor se presentas situaciones que muchas veces las vemos a diario como el egoísmo en el amor sexual apasionada, en el amor posesivo de los padres hacia sus hijos entre muchas otras situaciones. Para que el amor sea autentico debe romper con la tendencia posesiva del amor y con su reducción a buenas palabras para convertirse en “ amor de justicia”  cuando  el ser humano toma posesión de esa persona que comparte percibe y está a su lado y es ahí donde hay comienzos de imponencia por sus gustos, aspiraciones o exigencias.

El amor de justicia quiere decir tendencia de acercamiento a “el otro” mediante la justicia practicada con él y cuando se ama en realidad cuando se acerca a otra persona  espontáneamente porque la quiero. El amor es un sentimiento que se trasmite atravez  del afecto la comprensión, el amor ayuda a solucionar situaciones difíciles en los que me rodean. Es por ello que el amor es muy exigente debido a estos puntos de vista pero es auténtico.

Amar a otro es unirse a él en una situación, ponerse de su parte contra las fuerzas del sistema que le oprime, abandonar sus propios gustos para dedicarse a su servicio real. Esto es un amor virtuoso, fuerte, combativo, nido a la fe y a la esperanza, que engendra una nueva forma de enfrentarse al mundo.

 

12. LAS RELACINES SOCIALES A LA LUZ DE LA ALTERIDAD

 

ALTERIDAD ECONÓMICA

La actividad económica se ha convertido en un principal motor de la vida social, el eje en el entorno al cual gira la actividad de las personas es el dinero. El dinero es el medio para obtener poder, comodidad y seguridad. Quienes poseen mucho dinero viven dedicado a conservarlo y acrecentarlo. Quienes poseen poco  luchan para conseguir más.

Hemos vuelto mercado de dinero todas nuestras relaciones sociales, orientamos la producción hacia el máximo beneficio económico y lo mismo hacemos con los distintos trabajos profesionales, con el arte la enseñanza, la comunicación y hasta con la amistad. No tenemos inconveniente en traicionar los valores por un poco de plata.

La economía dice relación a la obtención y el mantenimiento de los bienes necesarios para llevar una vida agradable, individual, familiar y social.

La economía se mueve en el ámbito del tener: ahora bien el tener esta en el servicio del ser.

Valoramos a las personas por lo que tienen, no por lo que son en sí mismas.

La alteridad ha sido negada por la mismidad; en este caso el patrón dinero y nuestras relaciones económicas son egocéntricos.

 

ALTERIDAD POLÍTICA

La alteridad política cumple una  función de primer orden en toda sociedad, es reguladora de las relaciones interpersonales que desbordan la esfera de lo familiar. El hombre cuando se reúne en sociedad pretende un objetivo: la obtención del máximo y bien para todos, mediante la ayuda mutua y el intercambio de servicio, a esto  se le denomina bien común, y de su concesión debe preocuparse la política.

Sin embargo la historia de la actividad política está muy lejos de acomodarse a lo que debería ser. El estado, organización donde se concentra el poder necesario para ejercer el gobierno de la sociedad, deja de servir al pueblo para ponerse al servicio de los poderosos.

La auténtica democracia cuando en el gobierno están representados los intereses de  todos los ciudadanos. Pero en la práctica no es así, quienes poseen mayor poder económico, compran directa o indirectamente, la voluntad de los más pobres y se hacen elegir, al final terminan representados por los intereses de los más ricos y los más astutos.

A esta situación es necesario replantear el verdadero sentido de la actividad política en nuestro medio, como punto de partida hemos de dejar bien sentado que la política se debe orientar al bien común, es decir, de todos. Y que por tanto, debe comenzar por ocuparse de la situación de injusticia manifiesta y grave en que vive la población marginada.

ALTERIDAD ERÓTICA

La alteridad se encuentra aquí afirmada desde la misma natural por dos razones. Primeramente por la distinción de los sexos. El femenino es “otro “que al masculino y viceversa. En segundo lugar, porque, hay diferencia de los animales, el sexo en el hombre se da en una persona y esta esencialmente especificado por un psiquismo, fuente de racionalidad y espiritualidad.

Sin embargo, también en este terreno se niega la alteridad. Nuestra sociedad, machista por tradición, desconoce con mucha frecuencia la igualdad de la mujer, como o triada sexuada, con relación al varón, al “macho” la mujer es considerada al serbio del varón para procurarle placer sexual, para darle hijo, para cuidar su casa. De este modo la mujer deja de ser “otra” como persona, para convertirse en objeto, en cosa apetecible.

La liberación de la mujer no puede entenderse como una competencia como el macho para llegar a ser como él. Se trata más bien de un reconocimiento de su propia alteridad como mujer, basada en la personalidad, la feminidad y la posibilidad de ser madre. Desde esa conciencia de alteridad podrá lograr la transformación del varón, de forma que deje de sentirse macho para asentar su ser sobre la personalidad, la virilidad y la posibilidad de ser padre. El hombre debe respetar la mujer como “otra” que él, con los mismo valore, la misma dignidad y los mismos derechos, debe valorarse a sí misma en su “ser – otra” complemento pero no prolongación del ser del varón.

ALTERIDAD PEDAGÓGICA

El niño cuando nace carece de cultura;  más aún, es incapaz de valerse por sí mismo, de oír, ver, pensar o expresarse. Su vida, sobre todo en la infancia, se desarrolla en un lento proceso de aprendizaje. Denominamos “pedagógica” al habito de la vida humana donde prima la actividad de aprendizaje o adquisición de conocimiento, costumbre y valores a partir de instituciones y personas que ya los poseen.

Los padres ven en el hijo una prolongación de su propio ser y tienden espontáneamente a que sea “lo mismo” que ellos. Le imponen.

Lo mismo sucede con el educando. Este es tratado como un objeto, un ente, en el que el educador debe depositar durante varios años un cumulo de conocimientos, el alumno no tiene exterioridad frente al sistema educativo, como no la tenía el hijo frente a los padres.

En tercer lugar, el pueblo, en la situación latinoamericana, es considerado un ser “carente” de cultura al que el estado educa para asimilarlo al sistema.

La alteridad pedagógica se fundamenta en la palabra de “otro”. El niño, el joven, el pueblo tiene su palabra propia que debe expresar.

El educador-padre-estado no solo debe respetar la voz de “el otro” (educando-hijo-pueblo), sino que debe estimularla, ayudarle a pronunciarla. Es necesario fomentar el sentido crítico, la creatividad, la responsabilidad en el educando. Es necesario impulsar el desarrollo de la cultura popular, estudiarla, proporcionarle medios económicos para su desarrollo y canales pares su expresión.

ALTERIDAD RELIGIOSA

En su esencia la religión se  revela como la forma más perfecta de alteridad. Ella responde a las relaciones del hombre con Dios como el totalmente Otro. Dios tiene que revelarse al hombre para que este lo conozca; y aun así este lo conoce solo como misterio.

Esta alteridad Fontal de lo religioso se manifiesta con toda nitidez en el cristianismo. Sin embargo, el sistema ha convertido la religión en pieza y sostén de su mismidad.

Lamentablemente en sus días no estamos muy lejos de esta realidad. Aunque nuestra sociedad no es tan religiosa como en los siglos pasados y aunque algunos sectores de la iglesia han cobrado conciencia de la fuerza de alteridad que posee el cristianismo original.

El amor de justicia predicado por los profetas y elevado a la categoría de “el mandamiento” por Jesús, es la mejor expresión histórica de la alteridad.

Dios solo lo conoce quien practica el “amor de justicia” al necesitado.

ALTERIDAD LÚDICA

 La vida humana no se termina en el trabajo ni es toda ella seriedad. Es también descanso, distracción juego, diversión. Todo esto es actividad buena y necesaria como el mismo trabajo. Pero también en ella se encierra el peligro.

Debemos devolver al fuego la fuerza de alteridad que le pertenece. El juego me abre y me enfrenta a “el otro”, como distinto a mí. Es necesario reconsiderar el juego de azar, las loterías los casinos, en una palabra todos aquellos juegos que prometan una ganancia fácil. Este tipo de juegos niegan la alteridad, porque son egocéntricos y buscan la oportunidad del propio beneficio

Otra forma de alteridad lúdica, es el ocio creativo denominado hobby, afición o pasatiempo es una actividad no laboral ni remunerada, que nos permite distraernos. Por desgracia, a imitación de la sociedad de consumo. En el ámbito de distracción es posible y fácil también introducir el sentido de alteridad. En vez de leer historietas y revistas superficiales o pornografía, mediante las cuales empresarios sin escrúpulos corrompen nuestras fuerzas eróticas, podemos leer historietas críticas, literatura de calidad, revistas y libros de cierta profundidad temática que enriquecen nuestros conocimientos y donde podemos buscar el cine, serio o cómico que es obra de arte.

Frente al sistema que nos alinea con alcohol, juegos, diversiones y espectáculos superficiales o erotizados, debemos desarrollar nuevas formas de distracción y descanso que nos ayuden a mejorar la calidad de vida. Así conseguiremos crear una nueva forma de alteridad: la alteridad lúdica, que contribuirá eficazmente a la destrucción de “lo mismo”, ya que será un nuevo medio de personalización y de atención a la voz de “el otro”.

 

13. EL BIEN COMÚN, OBJETO Y NORMA DE LA VIDA EN SOCIEDAD

 

Todos buscamos un bienestar común, el bienestar de todos pues pertenecemos a una sociedad, de diferentes maneras:

Sociedad familiar, sociedad política, religiosa, cultural etc., pero aunque se busque ese bien común, o ese interés que es común a los miembros de una nación, eso queda como en teoría porque la realidad es otra, estamos en una sociedad llena de violencia, corrupción donde los ricos cada vez se enriquecen más y más y aumenta la pobreza. Vemos como nos afecta el endeudamiento externo que beneficia a otras naciones, la inseguridad social, el narcotráfico el terrorismo, el incremento de la injusticia de la pobreza y esto no es solo a nivel nacional sino lamentablemente a nivel mundial. Vemos como las naciones viven en profunda desarmonía social, colocan sus interese propios por encima e incluso en contra de los intereses de la colectividad.

 Ahora notamos la división de la sociedad en clases que esto ya existe desde tiempo atrás, donde las clases pudientes sus intereses chocan con las clases menos privilegiadas, por ejemplo los interese de los campesinos propietarios de pequeñas parcelas son muy distintos a los de grandes terratenientes.

Pensemos que el bien común involucra muchas cosas como la paz, la seguridad, el orden, el desarrollo, el respeto a los demás y se debe aplicar en sentido universal con efectividad.

 El bien común es un valor típicamente social, depende del nivel de vida que llevemos podemos disfrutar en mayor o menor grado en la sociedad, por eso esta necesita determinadas condiciones ambientales, climáticas, económicas, políticas para sobrevivir, la vida que dichas condiciones permiten a los miembros de la sociedad es un bien colectivo, el máximo bien que todos disfrutan: el bien común.

Este bienestar de todos solo es posible cuando existe armonía o buen entendimiento entre todos y cuando todos sienten que pueden realizar sus aspiraciones porque disfrutan del ejercicio de los derechos personales.

 

Normatividad del bien común

Si el bien común en cuanto aspiración colectiva es norma del obrar social, lo cual significa que los miembros de una sociedad tienen que obrar de acuerdo a las exigencias del bien común.

El bien común debe evitar caer en dos extremos, un o individualista y otro colectivista, tiene que actuar en conjunto buscando el bien de ambas partes. Pues el bien común se va alcanzando en la medida en que más y más individuos se sientan satisfechos de sus logros individuales.

La normatividad del bien común se fundamenta en la doctrina social de la iglesia católica, en ella el bien común se define por normas morales creadas por un dios. La sociedad está orientada a la perfección material y espiritual de los ciudadanos.

Establecimiento por normas de consenso cuando el hombre en su autonomía y soberanía puede organizarse y fijarse sus proyectos sociales, imponen normas de moralidad social, de una manera democrática.

 

Aspectos económicos del bien común

El bien individual de cada hombre plantea un conjunto de necesidades, como alimentarse, relacionarse, descansar etc., que cada uno se ve obligado a satisfacer para sobrevivir. La economía ayuda a la organización sistemática de los bienes materiales que se requieren para satisfacer estas necesidades individuales y colectivas en la sociedad. Pero la realidad es que nuestra economía no va en pro del bien común, sino más bien de los intereses particulares, buscando riquezas por ejemplo para otros países o naciones (oligarquías) es una utopía hablar del bien común pues la realidad es que este es menospreciado en nuestra sociedad pues mientras unos viven en la miseria otros se llenan de lujos y riquezas.

Ante esto el sistema se lava las manos haciendo obras de caridad por medio de ayudas internacionales y donaciones de grandes empresas y familias acomodadas, tapando todo aquello que deberían cambiar pero que en realidad no quieren.

Con esto queda claro que el comportamiento social de la economía en nuestro país es inmoral e inhumano:

Niega la posibilidad de vivir dignamente a muchos de la población.

 

Aspectos políticos del bien común

EL bien común constituye el fin y la justificación de la política de un pueblo que tiene el poder pero se lo entrega al gobierno para que este se tome el control mantenga el orden. Pero el bien común está por encima del estado y la constitución. Los ciudadanos como miembros de la sociedad son los que crean al estado y le dan vida.

Por eso el estado está sujeto al principio constitutivo y normativo de la sociedad misma que es el bien común.

También analizamos como los gobernantes por el poder se creen dios a quien todo le está permitido y cuyas acciones están por encima de lo bueno y lo malo, esto es éticamente inaceptable, la política tiene una normatividad ética a la que debe responder: el bien común.

Pero debemos recordar que todos estamos obligados a colaborar en la búsqueda del bien común, por tanto todos estamos obligados a tomar parte activa en la vida política, de una u otra forma.

Somos responsables de crear malos gobiernos pues nosotros mismos escogemos a los gobernantes, por eso no nos desentendamos de la vida política y luchemos más por conseguir el bien común para todos.

 

REFLEXIÓN

Las virtudes ya mencionadas nos enseña a como sobrellevar las situaciones que se presenten en el transcurrir del tiempo, es importante saber que en la vida se quiere seguir pero teniendo un fundamento previo para realizar nuestros sueños nuestras metas lo que nos propongamos como personas para así lograr con nuestros objetivos y que la sociedad vea que somos personas de bien y que hay un sentir de seguir un fundamento unas virtudes que son importantes en nuestra vida cotidiana.

Si ponemos de nuestra parte que podemos lograr cualquier cosa pero llevando por delante todas estas pautas sería un mundo maravilloso una vida fácil donde no reine la ignorancia, la hipocresía, la injusticia, la desigualdad y muchas cosas que hacen que este mundo, este país no sea perfecto que no reine el amor, la paz, la tranquilidad.

 

CONCLUSIÓN

Las virtudes son un desafío, de un riesgo, de una rebelión contra el orden injusto, de una subversión contra la mentira y la hipocresía mitificada. La virtud vuelve a ser fuerza, valor: se revela en su ser autentico como el único camino de liberación total. La persona virtuosa no coincide con la persona santurrona o bonachona que a nadie molesta. Es más bien la persona autónoma, libre, combativa que a todos inquieta, porque denuncia al explorador, desinstala al seguro, sacude al perezoso, urge al comprometido, concientiza al oprimido y apoya al rebelde 

Los seres humanos, en ocasiones, tenemos pensamientos que no corresponden con la realidad del momento o de la situación, suelen llevarnos a cometer errores y eso influye en gran parte y directamente en nuestra vida y al transformar la orientación de nuestras conductas, cambiaran las formas habituales de relacionarnos con los demás en las que prevalecen el egoísmo, la ambición, y el individualismo, entre otros.

Si logramos aprender a cambiar y aceptar nuestros errores lograremos sentirnos mucho mejor con nosotros mismos y con los demás, lo cual se traduce en tener experiencias positivas y placenteras.